Battlefleet Gothic nos permite llevara cabo batallas espaciales con astronaves de tamaños kilométricos, donde manejamos desde escuadrones de naves de escolta con armamento ligero a inmensos cruceros pesados, con armamento capaz de arrasar planetas. Al igual que en el juego de Warhammer 40.000 (Wh 40k), podemos ponernos al mando de prácticamente las mismas razas, con añadidos que en el juego masivo solo hay en trasfondo o en la expansión Wh40k: Apocalipsis, como los demiurgos, los tecnosacerdotes del adeptvs mechanicum o la inmensa astronave de Abbadon "El Saqueador", El Revientaplanetas.
La mecánica del juego, siendo en principio bastante simple, se empieza a complicar conforme movemos nuestras naves. La forma de manejar estos, al menos los de la flota imperial, es bastante similar a como se hacía la guerra naval en los siglos XVIII y XIX, grades navíos de linea con babor y estribor erizados de pesados cañones y en los que se busca atacar el flanco más vulnerable mientras se lucha contra el viento y la marea (o se aprovechan), solo que en este caso los vientos y mareas que facilitan o impiden la navegación están personificados por asteroides, campos de minas, planetas y pozos de gravedad que nos permitirán modificar con facilidad (o no) nuestro rumbo a segur, nos impedirán disparar con eficiencia proyectiles de masa sólida (como torpedos y naves de abordaje) y nos ayudarán a hacer giros en el espacio con mucha más velocidad que en campo abierto.
Yo, que conocía el juego de vista y de haberme leído las instrucciones, acabe decidiendo que lo mejor para aprender, sería jugar una partida, así que le pedí a mi amigo Enrique que me organizase una partida en el local de nuestra asociación cultural, cosa que hizo encantado de la vida. Al final acabamos jugando una partida a tres bandas entre nosotros y la flota comandada por Juan y Raul, en la que además aprendimos a usar el despliegue escalonado de fuerzas, el uso correcto de los torpedos y una importante lección de lógica: No es buena idea ordenar a tus naves de escolta ligeras avanzar a toda máquina a través de un campo de asteroides para sorprender a tu enemigo. (Aunque se sorprendió de mi decisión, las cosas como son... pobres naves).
Me quede con gana de jugar la siguiente partida, además quiero jugar alguna más con imperiales para aprenderme a fondo las normas y poder jugar sin problemas con mis naves enjambre tiránidas (cuyo sistema de juego es bastante diferente al ser fundamentalmente bionaves de abordaje y combate que de disparos)